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Murallas de Tarudant
En pleno valle del Sus, Tarudant parece sólo una gran muralla ocre salpicada de fuertes torreones que hablan de su carácter militar. Su situación privilegiada, controlando un rico valle y una importante ruta caravanera, y su espíritu independiente y levantisco le causaron grandes problemas, hasta el punto de que el sultán alauita Muley Ismail mandó matar a la mitad de la población. Pero Tarudant renació una y otra vez con nuevos bríos alcanzando su máxima importancia a principios de siglo cuando, durante la lucha contra el dominio francés, Mohamed el Hiba se proclamó sultán aquí en Tarudant.
Hoy Tarudant es un lugar apartado de los principales recorridos turísticos, pero donde el europeo es bien recibido. Sus murallas, rodeadas por paseos a la sombra de verdes naranjos, son su principal atractivo y en sus hoteles se dan cita aquellos turistas que, desde Agadir, dirigen sus pasos hacia Uarzazat y la ruta de las casbahs.
Pasado Tarudant, la carretera es llana, ancha y con un buen firme, pero la abundancia de pueblos hace que esté muy transitada por personas y carros dificultando y enlenteciendo bastante la circulación.