domingo, 6 de septiembre de 2009

Un pueblo llamado La Vergüenza


A medio camino entre Mequinez y Fez, nos detuvimos a pasar la noche en un pueblo llamado La Vergüenza. El imán de la mezquita no vaciló en explicarnos por qué el pueblo tenía tal nombre:

Los habitantes, confesó, conocidos desde siempre por su gran avaricia, se resentían de esa reputación. Las caravanas de mercaderes evitaban detenerse allí. Un día, habiéndose enterado de que el rey de Fez estaba cazando leones por aquellos parajes, decidieron invitarlo, así como a toda su corte y, en su honor, mataron unos cuantos corderos. El soberano comió, pues, y durmió. Queriendo dar prueba de generosidad, pusieron ante su puerta un odre inmenso y acordaron llenarlo hasta arriba de leche para el desayuno real. Los habitantes tenían que ordenar sus cabras y, luego, ir pasando de uno en uno con su cubo para vaciarlo en el odre. Dado el tamaño de éste, cada campesino se dijo que podía rebajar la leche con una buena cantidad de agua sin que nadie lo notara. De modo que, al día siguiente, al rey y a su séquito se les sirvió un líquido casi transparente que no sabía más que a avaricia.

Amin Maalouf, León el Africano.

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