domingo, 6 de septiembre de 2009

La vieja ciudad romana de Volubilis

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De camino hacia Mequínez, en la falda de las montañas del Zerhum, una zona aceitunera cubierta de olivos, se hallan los restos de la antigua ciudad de Volubilis. Su origen es bereber, aunque pasó a poder de Roma en la época de Calígula. Fue probablemente una de las residencias del famoso Juba II, casado con Cleopatra Selene, la hija de Antonio y Cleopatra. Juba II es conocido por un magnífico busto suyo que se encontró aquí y por haber sido muerto por orden de Calígula al presentarse en Roma vestido de púrpura, el color de los emperadores, provocando su ira.

La ciudad de Volubilis estuvo habitada durante todo el primer milenio, llegando a tener más de 20.000 habitantes. Solo la llegada desde Arabia del príncipe Idris I, con la posterior fundación por él de Mulay Idris, provocó su ruina. Más tarde, el gran destructor que fue Muley Ismail acabó reduciéndola a escombros al robar sus mármoles y columnas para sus mastodónticas construcciones de Mequínez.

Pero, a pesar del expolio a que fue sometida, Volubilis todavía conserva un valor indudable. Numerosas casas mantienen sus patios recubiertos de mosaicos y algunos de sus monumentos aún conservan una parte de la grandeza original. Destacan, entre todos los edificios, el gran arco de triunfo situado en el extremo Sur de la Decumanus Maximus y la basílica civil.

Volubilis fue un centro aceitunero. En la ciudad se conservan restos de numerosos molinos de aceituna y pueden verse las prensas y las correspondientes cisternas en las que se recogía el aceite. Este aceite, enviado posteriormente al resto del imperio, generaba una gran riqueza y el progreso de la ciudad.

El lugar en que se asientan las ruinas es muy agradable, disfrutando de unas bellas vistas, tanto hacia la fértil campiña como hacia la montaña, donde se dibuja la blanca silueta de la ciudad santa de Mulay Idris.

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