lunes, 28 de septiembre de 2009

La alcazaba de Taurirt

-
Tenemos tiempo. La Kasbah de Taurirt queda aquí mismo, a quinientos metros, y tal vez allí el calor sea más soportable, así que optamos por visitarla.
-


Dicen los entendidos, y las guías, que Taurirt es una de las kasbahs más bellas de Marruecos. Hoy está abandonada, pero en sus tiempos fue la residencia del poderoso Glaui, el pachá de Marraquech, amo y señor de todas las tierras del Atlas. En su interior, ricos aposentos adornados de zellig y maderas talladas y policromadas, con ventanas cubiertas de bellos musharebiehs, se comunican entre sí por un laberinto de pasillos y escaleras. Su exterior, en simple adobe, impresiona por su sencillez y grandeza. Sólo las estrechas ventanas rompen la monotonía de unos muros cuya única decoración son pequeñas incisiones geométricas, y cuya cima está coronada por desgastados merlones en escalera ocupando cada una de las esquinas. El tiempo, y la consiguiente erosión de las paredes, ponen esa nota de belleza romántica a esta alta mastaba de barro.



Más allá de Taurirt, la ciudad pierde su interés. Las calles, de moderno e impersonal trazado, son obra francesa de principios de siglo, y el ambiente militar que todavía se respira por doquier nos invitan a dirigir nuestros pasos hacia otros lugares, hacia uno de esos lugares únicos que la UNESCO ha querido proteger designándolo patrimonio de la humanidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario