jueves, 17 de septiembre de 2009

Del Rheris a las gargantas del Todra

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El regreso desde el Erg Chebbi lo hacemos directamente a Erfud sin mayores contratiempos. Aquí repostamos nuevamente, y luego tomamos la carretera 3451 que, bordeando el Ued Rheris, nos lleva a enlazar con la carretera de Uarzazat.

El valle del Rheris, con sus pequeños pueblos fortificados y sus numerosas palmeras, ofrece un interés especial por sus curiosos sistemas de riego, las jetaras. Son éstas unas conducciones subterráneas que permiten el transporte de agua al nivel de la capa freática, evitando así los problemas de pérdidas causadas por la permeabilidad del terreno y la alta evaporación existente en un clima tan seco. Para la realización de estos canales, se perfora un pozo vertical hasta llegar a la capa freática, y luego se avanza horizontalmente, en túnel, unos diez o quince metros, en donde un nuevo pozo permitirá la continuación de la obra. La realización artesanal de las jetaras, deja sobre la superficie los montículos de tierra correspondientes a la excavación de los pozos, semejando un paisaje salpicado de enormes hormigueros alineados a lo largo de la conducción.
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Pasadas las estrechas y profundas gargantas calizas, el Todra se expande y forma, a la altura de Teneghir, un bellísimo oasis. Más allá , sus aguas se pierden en las arenas del desierto.

En Tinejdad, la carretera secundaria 3451 se une a la P32 que, proveniente de Er Rachidia, se dirige a Uarzazat. A nuestra izquierda, un pequeño río nos conduce primero a Tinerhir y, más arriba, subiendo hacia el Atlas, hasta las impresionantes gargantas del Todra.

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