sábado, 16 de julio de 2011

Camino de Essauira

-


A unos dos kilómetros de Essauira, una pista arenosa lleva a la aldea de Diabat y, más allá, a la dunas del cabo Sim. Fue este un lugar muy frecuentado por los hippies de finales de los sesenta a donde llegaron personajes del mundo de la música como Jimmie Hendrix y otros muchos. Por otra parte, dicen las malas guías turísticas que aquí se ruedan muchas de las escenas de las películas que tienen como escenario el profundo y alejado desierto. Nosotros intentamos acercarnos pero lo arenoso de la pista nos hace temer lo peor y decidimos abandonar el intento.

Un par de kilómetros más adelante, cuando la carretera cruza un pequeño otero, aparece ante nosotros una bella vista de la ciudad de Essauira estirada a lo largo de su playa de fina arena dorada.

El camping, como todos los marroquíes, sin muchas comodidades pero aceptable, está situado en primera línea de playa, muy próximo al puerto. Allí dejamos nuestro vehículo y nos disponemos a recorrer la ciudad.

Las islas purpurinas.- Esta vieja ciudad, con dos milenios de vida, fue famosa en la época romana por la producción de púrpura, un colorante extraído de un molusco llamado múrice. Mil años más tarde, la ciudad tomó el nombre de un santón bereber llamado Mogdul, de donde derivó el de Mogador con el que fue conocida durante mucho tiempo.

Los portugueses, deseosos de proteger sus rutas africanas, se apoderaron de la ciudad, la fortificaron, y reconvirtieron su actividad al cultivo de la caña de azúcar. Fueron años dulces para la ciudad de Mogador, años en que alcanzó gran riqueza e importancia. Expulsados los portugueses, el sultán Mohamed Ben Abdalá hizo construir una importante base naval lo que enriqueció aun más la ciudad. Sólo con la llegada de los franceses y su apoyo a los puertos de Casablanca y Agadir, hicieron entrar en un cierta decadencia a esta ciudad bimilenaria.

No hay comentarios:

Publicar un comentario